El Vaticano lleva años trabajando para intentar mejorar las relaciones con China, que se rompieron oficialmente hace más de siete décadas con la llegada del comunismo al poder.
El Papa León XIV pidió en oraciones para que los católicos chinos estén en comunión con la Santa Sede, al realizar sus primeras declaraciones públicas sobre uno de los temas de política exterior más espinosos que enfrenta su nuevo pontificado.
El primer papa estadounidense de la historia recordó que la Iglesia Católica celebró una festividad especial para orar por la Iglesia en China. El Papa Benedicto XVI había instaurado la festividad como parte de sus esfuerzos por unificar a los aproximadamente 12 millones de católicos de China, divididos entre una iglesia oficial, controlada por el Estado y que no reconocía la autoridad papal, y una iglesia clandestina que se mantuvo fiel a Roma durante décadas de persecución.
León XIV señaló que en esta festividad, en las iglesias y santuarios de China y de todo el mundo, se han elevado oraciones a Dios como muestra de la solicitud y el afecto por los católicos chinos y su comunión con la Iglesia universal.
Hablando desde la ventana de su estudio durante su bendición del mediodía, Leo oró para que los católicos en China y en otros lugares obtengan la gracia de ser testigos fuertes y alegres del Evangelio, incluso en medio de las pruebas, para promover siempre la paz y la armonía.
El papa Francisco profundizó los esfuerzos unificadores de Benedicto XVI al aprobar un controvertido acuerdo en 2018 sobre el nombramiento de obispos, este acuerdo otorga a la Iglesia, controlada por el Estado, voz y voto en la elección de sus líderes, aunque Francisco insistió en que conservaba el poder de veto sobre la decisión final.
El acuerdo ha sido criticado por algunos, especialmente en la derecha católica, por haber cedido a las exigencias de Pekín y haber traicionado a los fieles clandestinos en China. El Vaticano ha afirmado que fue el mejor acuerdo que pudo conseguir y se ha renovado periódicamente desde entonces.
Leo tendrá que decidir si continúa renovando el acuerdo. Ha habido algunas aparentes violaciones por parte de Pekín, con algunos nombramientos unilaterales que se produjeron sin el consentimiento papal. El asunto se agravó justo antes del cónclave que eligió a León como papa, cuando la Iglesia china procedió a la elección preliminar de dos obispos, un paso previo a la consagración oficial.
León declaró al arzobispo de Hong Kong, el cardenal Stephen Chow, que había visitado China varias veces y había conocido la cultura y la realidad chinas, según la agencia de noticias misionera Fides, citando comentarios que Chow hizo en su boletín semanal diocesano tras el cónclave.
Chow añadió que esperaba que León siguiera las indicaciones de Francisco para la Iglesia en China; además de rogarle que no se olvidara de la Iglesia en China ni del pueblo chino. Comentó que le había regalado una pequeña estatua de Nuestra Señora de Sheshan, una imagen de la Virgen particularmente venerada por los fieles chinos y que se celebra el 24 de mayo, día de su festividad.
El Vaticano lleva años trabajando para intentar mejorar las relaciones con China, que se rompieron oficialmente hace más de siete décadas con la llegada del comunismo al poder. Las relaciones se vieron obstaculizadas durante mucho tiempo por la insistencia de China en su derecho exclusivo a nombrar obispos como una cuestión de soberanía nacional, mientras que el Vaticano insistía en el derecho exclusivo del Papa a nombrar a los sucesores de los apóstoles originales.