Fue en días pasados, durante la presentación a medios de “Alberto, el musical” en el Teatro San Rafael, donde el cantante y actor Ernesto D’Alessio rompió el silencio y encaró de frente los rumores que han acompañado su carrera desde los años noventa. Su molestia se dio cuando un reportero le insinuó que tras su reciente divorcio, las especulaciones sobre su orientación sexual comenzaron a avivarse. El estallido ocurrió cuando un reportero lo cuestionó, provocando que D’Alessio exigiera respeto para la comunidad LGBTQ+.

Además señalo que las etiquetas no deberían utilizarse como insulto y subrayó que nadie tendría que justificar su identidad ante los medios.

Y de manera contundente lanzó un mensaje para los presentes: “Oigan, si yo soy gay, déjenme en paz; si tengo novia, déjenla en paz a ella”.

Tras lanzar la frase “si soy gay”, muchos periodistas pensaron que tendrían la exclusiva, pero el cantante de manera magistral troleo a los reporteros, limitándose a dejarlos con la misma interrogante en el aire; negándose a aclarar un tema tan personal solo por la presión de los medios.

Puntualizó: “Me lo dicen como si me estuvieran ofendiendo; a mí no me molesta, sé perfectamente quién soy”. El objetivo insistió, es erradicar el uso de “gay” como sinónimo de burla.

Estos rumores le han acompañado desde que debutó en 1996, ya que Ernesto rompió en muchas ocasiones con los estereotipos masculinos de la época: cabello largo, vestuario llamativo y coreografías cargadas de energía.

Durante ese tiempo él tuvo que reconocer que esos movimientos “afeminados” dieron pie a las teorías, pero insiste en que nunca fueron un motivo de conflicto personal.

El intérprete asegura contar con el apoyo incondicional de su madre, Lupita D’Alessio, y de sus cuatro hijos, fruto de su matrimonio con la también cantante Rosario Ruiz.

Cuando la pareja anunció su ruptura tras dieciséis años de matrimonio, varios programas de espectáculos adjudicaron la decisión a una “doble vida” de Ernesto. Él lo desmiente categóricamente y señala que el fin de la relación fue por diferencias irreconciliables que nada tienen que ver con su orientación.