El pontífice reiteró y defendió que la libertad de expresión es necesaria en el mundo.
El papa León XIV pidió la liberación de los periodistas encarcelados y defendió el “precioso don de la libertad de expresión y de prensa”, en una audiencia con algunos de los 6.000 periodistas que llegaron a Roma para cubrir su elección como el primer pontífice estadunidense.
León XIV recibió una ovación de pie al entrar en el auditorio del Vaticano para su primer encuentro con representantes del público en general.
Además hizo un llamado a los periodistas para que usen las palabras para la paz, rechacen la guerra y den voz a los que no la tienen.
Expresó su solidaridad con los periodistas de todo el mundo que han sido encarcelados por intentar buscar y reportar la verdad. Arrancando aplausos de la multitud, pidió su liberación.
Reconoció que los periodistas son testigos en muchas ocasiones de la guerra, que ellos informan con valor, además de ser los defensores de la dignidad, la justicia y el derecho de las personas a estar informadas, porque solo las personas informadas pueden tomar decisiones libres.
Señaló que el sufrimiento de los periodistas encarcelados desafía la conciencia de las naciones y la comunidad internacional, llamándonos a todos a salvaguardar el precioso don de la libertad de expresión y de prensa.
León XIV comenzó el evento con unas palabras en inglés, y bromeó con que si la multitud aún seguía despierta y aplaudía al final, eso importaba más que la ovación que lo recibió.
También dio las gracias a los periodistas por su trabajo cubriendo la transición papal y los instó a usar palabras de paz.
“La paz comienza con cada uno de nosotros: en la forma en que miramos a los demás, escuchamos a los demás y hablamos de los demás”, señaló. “En este sentido, la forma en que nos comunicamos es de importancia fundamental: debemos decir ‘no’ a la guerra de palabras e imágenes, debemos rechazar el paradigma de la guerra”.
Tras su discurso, el papa saludó a algunos de los periodistas en las primeras filas y luego estrechó manos con la multitud cuando salía del salón de audiencias por el pasillo central. Firmó algunos autógrafos y posó para algunas selfies.
Los periodistas compartieron más tarde algunas de las pocas palabras que intercambiaron con él, incluyendo indicios de que los planes del Vaticano siguen adelante para que León viaje a Turquía para conmemorar un evento importante en las relaciones católico-ortodoxas: el aniversario del Concilio de Nicea, el primer concilio ecuménico del cristianismo.
Pero también en un tono menos serio, algunos periodistas ofrecieron jugar dobles en tenis u organizar un partido benéfico.
León XIV, un jugador de tenis habitual, pareció estar dispuesto “pero no podemos invitar a Sinner”, bromeó, refiriéndose al número 1 del mundo Jannik Sinner, que está jugando justo al lado del Tíber en el Abierto de Italia.