Las gasolineras han sido vaciadas y la sensación de desprotección es total
Se está viviendo un drama humano de proporciones bíblicas en la ciudad de Teherán, donde casi 4 millones de personas están evacuando en medio del pánico y los bombardeos, mientras en Gaza, la desesperación por comida también termina en masacre.
Muy lejos de los mapas estratégicos y de las declaraciones de los líderes mundiales, la guerra entre Israel e Irán está escribiendo su capítulo más oscuro en el rostro de millones de civiles.
Se vive en Teherán, un éxodo masivo, casi apocalíptico, donde se estima que 3.6 millones de personas, el 40% de la población de la capital, han huido de sus hogares en un intento desesperado por escapar de los bombardeos israelíes.
Esta evacuación masiva se desencadenó tras una combinación de factores letales; primero las advertencias directas del ejército israelí para que los civiles abandonaran ciertos distritos de la ciudad y en segundo lugar el ominoso mensaje del presidente estadounidense Donald Trump pidiendo a los residentes evacuar inmediatamente, dando como resultado un caos.
Varios periodistas de agencias internacionales y ciudadanos han dado testimonio de lo que describen como escenas de pánico absoluto. En las principales autopistas para salir de la metrópoli de 9 millones de habitantes están colapsadas en gigantescos atascos que se extienden por kilómetros.
Han señalado que las gasolineras han sido vaciadas y la sensación de desprotección es total, ya que la ciudad carece de una red adecuada de refugios antiaéreos o sirenas de alerta temprana.
Esta guerra no es una amenaza abstracta; es una realidad que destroza vidas. Las cifras oficiales hablan de más de 224 muertos en Irán.
Pero mientras el terror llueve sobre Teherán, a miles de kilómetros, en la Franja de Gaza, la desesperación humana adopta otra forma igualmente trágica. En Jan Yunis, un ataque israelí contra una multitud que se agolpaba en un punto de distribución de ayuda humanitaria ha dejado al menos 51 muertos.
El ejército israelí reconoció que disparó contra una multitud que se había acercado a un camión de ayuda atascado, y señaló que los detalles están bajo revisión. Este terrible suceso ha sido calificado como una masacre por observadores en el terreno, subraya la brutalidad del conflicto en todos sus frentes. Los palestinos desesperados, sin otra opción para alimentar a sus familias, continúan acudiendo a estos puntos de reparto a pesar del riesgo mortal.