La trata de personas está estrechamente relacionada con las operaciones de ciberestafa, ya que los trabajadores suelen ser reclutados con falsos pretextos y luego mantenidos cautivos.
Camboya informó que una orden del primer ministro Hun Manet, dirigida a los organismos gubernamentales para combatir las operaciones delictivas de ciberdelincuencia en el país, ha resultado en el arresto de más de 1.000 sospechosos en lo que va de semana.
Hun Manet emitió la orden, autorizando la acción estatal para mantener y proteger la seguridad, el orden público y la seguridad social.
“El gobierno ha observado que las estafas en línea están causando amenazas e inseguridad en el mundo y la región. En Camboya, grupos criminales extranjeros también se han infiltrado para participar en estafas en línea”, declaró Hun Manet.
Las Naciones Unidas y otras agencias estiman que las estafas cibernéticas, la mayoría de ellas originadas en el sudeste asiático, generan miles de millones de dólares anuales para las bandas criminales internacionales. Más de 1.000 sospechosos fueron arrestados en redadas en al menos cinco provincias entre el lunes y el miércoles, según declaraciones del ministro de Información, Neth Pheaktra, y la policía.
Entre los detenidos se encontraban más de 200 vietnamitas, 27 chinos, 75 sospechosos de Taiwán y 85 camboyanos en la capital, Phnom Penh, y en la ciudad sureña de Sihanoukville. La policía también incautó equipos, incluyendo computadoras y cientos de teléfonos móviles.
Al menos 270 indonesios, incluidas 45 mujeres, fueron arrestados en Poipet, una ciudad fronteriza con Tailandia conocida por sus ciberestafas y operaciones de apuestas, según informó el ministro. Por otra parte, la policía de la provincia nororiental de Kratie arrestó a 312 personas, entre ellas ciudadanos de Tailandia, Bangladesh, Indonesia, Myanmar y Vietnam, mientras que 27 personas de Vietnam, China y Myanmar fueron arrestadas en la provincia occidental de Pursat. Amnistía Internacional publicó el mes pasado las conclusiones de una investigación de 18 meses sobre ciberdelitos en Camboya. Según la organización de derechos humanos, “apuntan a la complicidad del Estado en los abusos cometidos por bandas criminales chinas”.
La trata de personas está estrechamente relacionada con las operaciones de ciberestafa, ya que los trabajadores suelen ser reclutados con falsos pretextos y luego mantenidos cautivos.
La última ofensiva de Camboya se produce en medio de una amarga disputa con su vecina Tailandia, que comenzó con un breve enfrentamiento armado a finales de mayo por territorio fronterizo reclamado por ambas naciones y que ahora ha provocado cierres de fronteras e intercambios casi diarios de insultos nacionalistas. Exlíderes amigos de ambos países se han distanciado y se han generado acalorados debates sobre qué herencia cultural de una nación ha influido en la otra.
Las medidas adoptadas por Tailandia, como el corte del suministro eléctrico transfronterizo y el cierre de los pasos fronterizos, han exacerbado especialmente las tensiones, y Camboya las ha alegado como actos de maldad y despecho en represalia por su intención de continuar con sus reivindicaciones territoriales. Tailandia afirmó que su intención original era combatir las antiguas operaciones de ciberestafa en Poipet.