Corea del Sur se ha enfrentado a una creciente presión para abordar el fraude y el abuso generalizados que plagaron sus programas de adopción
El presidente de Corea del Sur se disculpó por la mala gestión de los programas de adopción en el extranjero, plagados de abusos y fraudes, meses después de que la comisión de la verdad del país admitiera por primera vez la responsabilidad estatal en dichas prácticas.
El presidente Lee Jae Myung publicó en Facebook que ofrecía sus más sinceras disculpas y palabras de consuelo en nombre del país a los surcoreanos adoptados en el extranjero y a sus familias adoptivas y biológicas.
Las conclusiones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación y recientes fallos judiciales han confirmado algunos casos de abusos de derechos humanos en el curso de adopciones internacionales, afirmó Lee, añadiendo que el gobierno no cumplió con su deber en tales casos. No dio más detalles.
Lee dijo que se siente apesadumbrado al pensar en la ansiedad, el dolor y la confusión que los surcoreanos adoptados debieron sufrir cuando fueron enviados al extranjero cuando eran niños. Solicitó a las autoridades que formularan sistemas para salvaguardar los derechos humanos de los adoptados y apoyar sus esfuerzos por encontrar a sus padres biológicos.
Corea del Sur se ha enfrentado a una creciente presión para abordar el fraude y el abuso generalizados que plagaron sus programas de adopción, especialmente durante su apogeo en las décadas de 1970 y 1980, cuando el país permitía la adopción de miles de niños cada año.
Muchos adoptados descubrieron que sus registros fueron falsificados para presentarlos como huérfanos abandonados, mientras que otros fueron separados de sus familias biológicas por descuido, o incluso robados.
En un informe histórico publicado en marzo, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación concluyó que el gobierno era responsable de facilitar programas de adopción impulsados por esfuerzos para reducir los costos de la asistencia social. El informe fue el resultado de una investigación de casi tres años sobre las quejas de 367 adoptados en Europa, Estados Unidos y Australia.
Su hallazgo coincidió en gran medida con una investigación en colaboración con Frontline (PBS), que detalló cómo los gobiernos de Corea del Sur, países occidentales y agencias de adopción colaboraron para entregar alrededor de 200.000 niños coreanos a padres en el extranjero, a pesar de años de evidencia de que muchos fueron adquiridos por medios cuestionables o directamente inescrupulosos.









