Los mexicanos deportados por la administración de Donald Trump han denunciado que las autoridades estadounidenses los mantuvieron días encerrados y esposados.

Los recién retornados relataron que fueron víctimas de maltrato en Estados Unidos antes de llegar al Centro de Atención de Deportados que acondicionó el gobierno mexicano en Tijuana, la mayor ciudad en la frontera, a 15 kilómetros del puerto fronterizo El Chaparral, donde pasan dos días y obtienen transporte a sus lugares de origen.

Muchos de ellos mencionan que el maltrato y la forma en la que los detuvieron les generó una experiencia amarga y frustrante, al terminarse el sueño de estar trabajando allá.

Algunos otros mencionan que fueron retenidos y esposados, sin que nadie les dijera que estaba pasando, ni cuando los iban a sacar de los Estados Unidos. La gran mayoría de deportados son hombres.

Sin embargo Mónica Vega, coordinadora del Centro de Atención a Repatriados, compartió a medios que, desde la apertura del lugar, han recibido a 754 personas, 90% hombres, y que los números fluctúan cada día, pero en promedio llegan alrededor de 20.

“En su mayoría es gente que intentó cruzar, hemos detectado algunos casos de gente que fue a su audiencia de solicitud de asilo político, le fue negada e inmediatamente fueron deportados o algunos que se les venció su permiso de trabajo, lo intentaron renovar, se los negaron y fueron deportados”, describió.

Resaltó que muchas de las personas optan por trasladarse a otros albergues para migrantes de Tijuana, a otros los recogen sus familias y el resto recibe apoyo del gobierno para comprar un pasaje para regresar a sus ciudades de origen.