Continúa empeorando la salud de Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil, luego de la cirugía que tuvo el pasado 13 de abril.

Los médicos del hospital DF Star de Brasilia, donde el político de 70 años está internado en cuidados intensivos, alertaron sobre el incremento en su presión arterial, deterioro de su estado clínico y de los resultados de sus exámenes hepáticos.

El expresidente Bolsonaro fue intervenido para eliminar adherencias intestinales y reconstruir la pared abdominal. Fue el sexto procedimiento relacionado con los efectos a largo plazo de haber sido apuñaladoen el abdomen durante un mitin de campaña en septiembre de 2018.

Describen los médicos su última cirugía como la más compleja desde el apuñalamiento, y señalaron que requiere un post operatorio muy delicado y prolongado.

Aún no hay una fecha prevista de alta de la unidad de cuidados intensivos, según el comunicado. Bolsonaro continúa recibiendo nutrición parenteral y se somete a fisioterapia y medidas preventivas para la trombosis.

La crisis de salud de Bolsonaro se da en medio de acusaciones en su contra por presuntamente liderar un golpe de Estado en su país y planear la muerte del ahora mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

La PGR solicitó que el expresidente responda por los delitos de golpe de Estado, abolición violenta del Estado Democrático de Derecho, organización criminal armada, daños calificados con violencia y amenaza grave contra el patrimonio de la Unión.

Tres días después de su cirugía, Bolsonaro recibió la visita de funcionarios judiciales, que acudieron al centro médico para entregarle una notificación que le informaba que tenía cinco días para presentar su defensa en el proceso que se le sigue ante el Supremo Tribunal Federal de Brasil.