Abramovich había declarado antes de la venta que las ganancias netas se destinarían a una fundación en beneficio de todas las víctimas de la guerra en Ucrania.
Tres años después de que el multimillonario ruso Roman Abramovich se viera obligado a vender el Chelsea, el club de la Premier League, el gobierno británico declaró su disposición a recurrir a los tribunales para garantizar que las ganancias lleguen a las víctimas de la guerra en Ucrania.
Abramovich fue sancionado tras la invasión rusa de Ucrania en 2022 y vendió el Chelsea, dos veces campeón de la Champions League, a un consorcio liderado por los estadounidenses Todd Boehly y Clearlake Capital por 3.200 millones de dólares en mayo de ese año.
Abramovich declaró antes de la venta que las ganancias netas se destinarían a una fundación benéfica “en beneficio de todas las víctimas de la guerra en Ucrania”.
Sin embargo, el dinero permaneció congelado en un banco y el gobierno británico afirmó que aún no había llegado a los necesitados.
Un comunicado conjunto de la jefa del Tesoro, Rachel Reeves, y el ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, indicó que el gobierno estaba dispuesto a emprender acciones legales.
“El gobierno está decidido a que los ingresos de la venta del Chelsea Football Club se destinen a causas humanitarias en Ucrania, tras la invasión ilegal a gran escala de Rusia. Nos frustra profundamente que no haya sido posible llegar a un acuerdo al respecto con el Sr. Abramovich hasta el momento”, declararon.
“Si bien la vía para las negociaciones permanecerá abierta, estamos totalmente dispuestos a recurrir a los tribunales si es necesario, para garantizar que las personas que sufren en Ucrania puedan beneficiarse de estos ingresos lo antes posible”.
Abramovich fue sancionado cuando el gobierno británico puso en la mira a quienes la entonces secretaria de Relaciones Exteriores, Liz Truss, describió como oligarcas y cleptócratas con estrechos vínculos con el presidente ruso Vladimir Putin y cómplices de su agresión.
Sin embargo, los fondos de la venta siguen perteneciendo a Abramovich, aunque están congelados. No se pueden utilizar ni transferir sin una licencia de la Oficina de Implementación de Sanciones Financieras. El gobierno insiste en que deben utilizarse con fines humanitarios en Ucrania.
