Han señalado que este veto género perdidas que suman más de 700 millones de dólares.
El sector ganadero de México ya está pagando la factura por la plaga del gusano barrenador, que provocó que desde mayo pasado, Estados Unidos suspendiera la importación de ganado vivo procedente de México, provocando pérdidas estimadas en 700 millones de dólares.
Las pérdidas se dieron debido a que se han dejado de exportar unas 650,000 cabezas de ganado. Sin embargo y a pesar de esté grave impacto, el panorama comienza a estabilizarse.
Macarena Hernández, directora general de la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cárnicos (Comecarne), informó que no se han detectado nuevos casos de animales infectados, por lo que el brote está bajo control.
Senasica está inspeccionando toda la movilización de ganado para evitar que la plaga avance a otros estados, explicó Hernández en conferencia de prensa.
El primer caso de gusano barrenador fue detectado en un becerro en Catazajá, Chiapas; y desde entonces las autoridades sanitarias de México y Estados Unidos han trabajado de forma coordinada para contener el brote.
El gobierno estadounidense anunció una inversión de 21 millones de dólares para renovar una planta productora de moscas estériles en Chiapas, utilizadas para combatir la propagación del gusano barrenador.
Mientras que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) informó que las exportaciones de ganado vivo se reanudarán de manera gradual a partir del 7 de julio.
El plan, condicionado a los resultados en materia de control sanitario, iniciará en el cruce fronterizo de Douglas, Arizona, y continuará por fases: Columbus el 14 de julio, Santa Teresa el 21 de julio, Del Río el 18 de agosto y Laredo el 15 de septiembre.
Esta decisión esta basada en los avances logrados con las autoridades mexicanas que con apoyo y bajo la supervisión del USDA y del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) se mantendrá al día en cuanto a fumigación con moscas estériles, vigilancia reforzada y protocolos de inspección, con el objetivo de evitar una reinfestación en territorio estadounidense.
Hernández subrayó que las autoridades sanitarias de ambos países trabajaron conjuntamente en el desarrollo de protocolos para retomar las exportaciones.
México exporta anualmente aproximadamente un millón 250,000 cabezas de ganado a Estados Unidos, lo que representa el 90% de sus exportaciones ganaderas. La suspensión afectó cerca del 20% de ese volumen anual.
Algunos de los efectos del brote no solo han golpeado a los productores: también han alcanzado a carniceros y consumidores. En los mercados locales, los precios de la carne de res han subido, y la incertidumbre sobre su consumo comienza a hacerse visible.
De acuerdo con datos de Comecarne, hasta mayo de este año se registró una ligera caída de 0.6% en el consumo de carne de res.
La cámara atribuye esta baja, así como el aumento de precios, a los tratamientos antiparasitarios aplicados al ganado y al incremento en los costos de vigilancia sanitaria, necesarios para asegurar las condiciones de los animales en movimiento.