Amnistía llamó la atención de que el número de estados del país que practicaron la pena capital dobló al pasar de cinco en 2023 a nueve en 2024.
Los Estados Unidos ejecutaron el año pasado a 25 personas, la segunda mayor cifra desde 2015 e igual al número registrado en 2018, según el informe anual sobre la pena de muerte en el mundo elaborado por Amnistía Internacional (AI).
Este estudio confirma la tendencia ascendente registrada en EE.UU. desde la pandemia de la covid-19, aunque en 2024 solo hubo una ejecución más que el año anterior.
Amnistía llamó la atención de que el número de estados del país que practicaron la pena capital dobló al pasar de cinco en 2023 a nueve en 2024.
Georgia ejecutó a su primera persona desde 2020, mientras que las autoridades de Indiana hicieron lo mismo por primera vez desde 2009, en Utah por primera vez desde 2010 y en Carolina del Sur otras dos personas murieron por el castigo después de 14 años.
En Alabama la cifra pasó de dos ejecutados en 2023 a seis el año pasado, de los cuales tres lo fueron por el método de la asfixia con nitrógeno, “un nuevo y cruel método desplegado por primera vez en el mundo”, según AI.
Entre Alabama y el también sureño Texas, ambos estados mataron a casi la mitad de reos condenados a la pena capital en el país. Por contra, Florida pasó de los seis de 2023 a uno el año pasado.
El número de penas de muerte dictadas por tribunales en 2024 en Estados Unidos ascendió por tercer año consecutivo, alcanzando las 26, la cifra más alta desde las 36 de 2019.
A finales de 2024, un total de 23 estados de Estados Unidos habían abolido la pena de muerte para todos los delitos, incluidos 11 desde el comienzo del nuevo milenio.
De los 27 que todavía la contemplan, el 40 % (11) no han ejecutado a nadie en la última década.