Junto a Plasencia, otras cuatro personas están siendo procesadas por su implicación en el caso.
Matthew Perry, será recordado por su papel como Chandler Bing en “Friends”, ahora está nuevamente en el centro de la atención, esta vez por los detalles que han salido a la luz sobre su muerte.
De acuerdo a las investigaciones revelaron que un grupo de personas cercanas al actor, incluidos varios médicos, le suministraban ketamina, un potente anestésico que él usaba en su tratamiento contra la depresión.
El doctor Salvador Plasencia, señalado como uno de los principales responsables, aceptó un acuerdo con la fiscalía para declararse culpable por la distribución ilegal de la sustancia.
De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, la declaración se hará oficial en las próximas semanas, y podría llevarlo a cumplir hasta 40 años en prisión.
Los reportes indican que Plasencia obtenía la ketamina del médico Mark Chavez, y que él mismo visitaba el domicilio de Perry para administrársela o se la entregaba a su asistente.
Aunque no fue quien proporcionó la dosis letal, la fiscalía lo acusa de haberse aprovechado del deterioro emocional del actor para obtener ganancias.
Las autoridades estiman que en un corto periodo de dos semanas, el médico entregó al menos 20 frascos de ketamina al actor.
Aunque el precio de cada frasco era de aproximadamente 12 dólares, estos se vendían a dos mil dólares cada uno.
Junto a Plasencia, otras cuatro personas están siendo procesadas por su implicación en el caso.
Uno de ellos es el doctor Mark Chávez, quien ya reconoció haber colaborado ilegalmente en la entrega de la droga y podría pasar hasta 10 años en prisión.
También ha sido señalada Jasveen Sangha, conocida en los círculos de Hollywood como la “reina de la ketamina”, quien habría vendido el frasco que provocó la muerte del actor. A pesar de enfrentar una posible cadena perpetua, Sangha se ha declarado no culpable.
Además, el asistente personal de Perry, Kenneth Iwamasa, y un intermediario llamado Eric Fleming, también aceptaron declararse culpables por su participación en la cadena de suministro.
A lo largo de los años, el actor compartió abiertamente su lucha con las adicciones. En 2023, y tras un periodo de control, Perry volvió a consumir ketamina de forma no regulada, lo que lo llevó a depender de personas que, según los investigadores, actuaron sin ética médica ni responsabilidad profesional.
En una entrevista poco antes de su fallecimiento, sorprendió al público al admitir que durante el rodaje de “Friends” sufría de ansiedad severa cada noche.