La pareja se reunió con supervivientes del bombardeo atómico
El emperador Naruhito de Japón rindió homenaje a las víctimas del bombardeo atómico en Hiroshima, en el marco del 80.º aniversario de la tragedia que se conmemorará a finales de este año.
Naruhito, acompañado por su esposa, la emperatriz Masako, hizo una profunda reverencia ante el cenotafio en memoria de las víctimas y ofreció ramos de flores blancas.
La bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 destruyó la ciudad, matando a 140.000 personas. Una segunda bomba lanzada tres días después sobre Nagasaki mató a 70.000 más. Japón se rindió el 15 de agosto, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial y a su agresión de casi medio siglo en Asia.
Naruhito ha insistido repetidamente en la importancia de recordar y seguir contando la tragedia de la guerra a las generaciones más jóvenes.
Naruhito y Masako también visitaron el Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima para observar exposiciones, incluyendo las de Nihon Hidankyo, una organización de base galardonada con el Premio Nobel de la Paz del año pasado.
La pareja se reunió con supervivientes del bombardeo atómico, o hibakusha, y con personas nacidas después de la guerra que fueron entrenadas para contar historias en nombre de quienes ya no pueden hacerlo.
Naruhito realiza su tercer viaje este año para lamentar las muertes en la guerra.
En abril, la pareja visitó Iwo Jima para rendir homenaje a los cerca de 20.000 japoneses y casi 7.000 marines estadounidenses caídos en la Batalla de Iwo Jima, librada del 19 de febrero al 26 de marzo de 1945.
A principios de este mes, Naruhito también visitó Okinawa para lamentar las muertes de unos 188.000 japoneses, la mitad de ellos civiles okinawenses, y unos 12.000 estadounidenses, caídos en la Batalla de Okinawa. Naruhito acompañó a su hija, la princesa Aiko, subrayando su deseo de que ella conozca las dificultades del pueblo de Okinawa y comparta sus historias con las generaciones más jóvenes.