Las alarmas mundiales se encienden ante el pronunciamiento de estas potencias.
Medio Oriente se ha convertido en un campo de batalla que ha dado de que hablar en todo el mundo. Países como Rusia, Corea del Norte y China han entrado en el juego, señalando que algunas agotarán los escenarios posibles: diplomacia, evacuaciones, y armas bajo la mesa.
Los presidentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, respectivamente, alertaron del peligro que supone el conflicto abierto entre Israel e Irán a raíz de los ataques israelíes perpetrados el pasado 13 de junio y han pedido una resolución diplomática que sortee el uso de la fuerza.
En Rusia, Vladimir Putin ha levantado la mano y se ofrece como mediador entre Irán e Israel, en un gesto que no le interesa a nadie, pero marca posicionamiento dentro del conflicto. De acuerdo al Times of India, el presidente ruso se dijo listo para convocar a negociaciones de paz a lo que Donald Trump rápidamente le respondió: “Arregla primero lo de Ucrania”.
Durante una conversación telefónica entre las partes, Putin ha indicado que el aumento de la tensión en Oriente Próximo no responde a los intereses de nadie, al tiempo que indicó que el asunto nuclear debe ser resuelto mediante el diálogo y las negociaciones.
Pero para muchos, existe un mensaje oculto, ya que Moscú no quiere que su socio Teherán se hunda, ya que si Irán se debilita, Putin pierde fuerza geopolítica en Siria, en el Golfo Pérsico y como contrapeso en Occidente. Muchos cren que teme perder otro aliado estratégico son el régimen iraní se tambalea.
Maria Zakharova, portavoz del Kremlin, Maria Zakharova ha dicho que el mundo está a milímetros de una catástrofe nuclear si Estados Unidos decide atacar a Irán directamente.
Pero para otros, este falso mensaje de paz puede traducirse en que Rusia no quiere que la bomba estalle cerca de ellos, sino que le estalle a otros.
Xi Jinping, líder chino se posicionó a favor de este tipo de mediación y cree que podría servir para conseguir que la tensión disminuya, ha aclarado.
Xi Jinping tilda de crítica la situación en Oriente Próximo y muestra nuevamente que el mundo ha entrado “en un nuevo periodo de turbulencias políticas.
Ha propuesto un alto el fuego que detenga la guerra, que se garantice la seguridad de los civiles, una cuestión de máxima importancia, la apertura del diálogo y las negociaciones y, en último lugar, que la comunidad internacional tome las medidas necesarias para impulsar la paz.
Pero en Corea del Norte, Kim Jong-un no anda con vueltas mediante cuenta oficial de X, lanzó una amenaza directa: “si Israel no frena sus ataques en Irán, Corea del Norte considerará oficialmente entrar en guerra”.
Este no es un aviso menor, es la declaración de un actor que tradicionalmente se ha mantenido en las sombras, pero que ahora saca la cabeza para marcar territorio. La tensión escaló a un nivel que pone en jaque no solo al Medio Oriente, sino al equilibrio global.
Pero la advertencia de Pyongyang no es solo para Israel. También va dirigida a Estados Unidos y a la Unión Europea: cualquier intento de intervención será interpretado como provocación directa.
Corea del Norte vuelve a poner la mesa sobre quiénes pueden o no jugar en este tablero. Más allá de palabras, el mensaje tiene claridad, la paciencia se terminó y la crisis puede crecer a niveles impredecibles.
Israel señaló en 2023 que tras un ataque de Hamas, recuperaron lanzacohetes RPG-7 de fabricación norcoreana en los escombros de Gaza. No es casualidad. Pyongyang ha sido proveedor histórico de Irán desde los 80, enviando misiles Scud, sistemas antiaéreos y hasta conocimientos nucleares. Hoy esa relación sigue viva. En mayo de 2025, informes de inteligencia citados por Asia Times revelaron que Irán y Corea del Norte mantienen una alianza estratégica con intercambio de tecnología misilística.