El presidente español se mantiene firme en su decisión de romper con el objetivo de gasto de la OTAN a pesar de las amenazas arancelarias de Trump
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, abandonó la cumbre de la OTAN de esta semana con una cláusula de exención del gasto en defensa. También se marchó con nuevas amenazas de aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump.
El líder progresista español se mantuvo firme en su decisión de romper con los aliados de la OTAN y respondió a los comentarios de Trump señalando que la Comisión Europea, y no España, era quien decidía la política comercial del bloque.
“Lo que está claro es que la política comercial es una política dirigida desde aquí, desde Bruselas”, declaró Sánchez. “España es un país abierto. Es un país amigo de sus amigos, y consideramos a Estados Unidos amigo de España”.
En la cumbre de la alianza militar, los miembros acordaron aumentar su gasto en defensa al 5% del PIB. Sin embargo, Sánchez consiguió una exención de última hora, afirmando que España solo gastará hasta el 2,1%, lo que calificó de suficiente y realista.
Trump criticó a España tras la cumbre, afirmando que el país quería aprovecharse un poco y que tendría que devolvernos el favor en el comercio mediante aranceles más altos.
La decisión de España en el escenario internacional llega en un momento complejo para Sánchez en su país, ya que los casos de corrupción que involucran a su círculo íntimo han involucrado a su Partido Socialista y han provocado fuertes peticiones, incluso de algunos aliados de izquierda, de anunciar elecciones anticipadas. Hasta el momento, Sánchez se ha negado.
España fue el país de la OTAN con menor gasto el año pasado, según las estimaciones de la alianza, destinando alrededor del 1,28% de su PIB a defensa. En abril, Sánchez anunció que el país alcanzaría el 2% este año, por lo que fue criticado por algunos aliados de izquierda.
Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, criticó a Sánchez por la cláusula de exención del gasto. “Tenemos que mantenernos al lado de nuestros aliados y no alinearnos con el resto de los europeos es un error, y más aún si eso aumenta la probabilidad de ser castigados”, declaró Garamendi.
Si bien España está bajo el paraguas de la Unión Europea, que negocia acuerdos comerciales en nombre de los 27 países miembros, aún podría ser objeto de aranceles que afecten a sus industrias más vulnerables, advirtió Garamendi.
Los sectores españoles del acero, la automoción y el aceite de oliva se encuentran entre los productos expuestos.