La anticoncepción forzada de mujeres y niñas indígenas formó parte de siglos de políticas danesas que deshumanizaron a los groenlandeses y a sus familias.
Más de 350 mujeres y niñas indígenas groenlandesas, incluidas algunas de 12 años o menos, denunciaron haber recibido anticonceptivos a la fuerza por parte de las autoridades sanitarias danesas en casos que datan de la década de 1960, según las conclusiones de una investigación independiente.
A las víctimas inuit, muchas de ellas adolescentes en aquel momento, se les implantaron dispositivos intrauterinos (DIU) o se les administró una inyección anticonceptiva hormonal. No se les informó sobre el procedimiento o no dieron su consentimiento.
Las víctimas describieron experiencias traumáticas que dejaron a algunas con sentimientos de vergüenza, así como efectos secundarios físicos, que van desde dolor y sangrado hasta infecciones graves.
Los gobiernos de Dinamarca y Groenlandia se disculparon oficialmente en un comunicado el mes pasado por su participación en el histórico maltrato, en un aparente intento de adelantarse al esperado informe. Un evento oficial de disculpas en la capital de Groenlandia está programado para el 24 de septiembre.
Casi 150 mujeres inuit demandaron a Dinamarca el año pasado y presentaron demandas de indemnización contra su Ministerio de Salud, alegando que las autoridades sanitarias danesas violaron sus derechos humanos. El caso sigue en curso.
Si bien el informe abarca las experiencias de más de 350 mujeres que se presentaron para hablar con los investigadores, las autoridades danesas afirman que más de 4000 mujeres y niñas —según se informa, la mitad de las mujeres fértiles de Groenlandia en ese momento— recibieron DIU entre la década de 1960 y mediados de la de 1970.
El supuesto propósito era limitar el crecimiento demográfico de Groenlandia evitando embarazos. La población de la isla ártica estaba aumentando rápidamente en ese momento debido a las mejores condiciones de vida y la mejor atención médica. Groenlandia asumió sus propios programas de atención médica el 1 de enero de 1992.
Groenlandia, que sigue formando parte del reino danés, fue una colonia bajo la corona danesa hasta 1953, cuando se convirtió en una provincia del país escandinavo. En 1979, se le concedió a la isla el autogobierno local y, 30 años después, Groenlandia se convirtió en una entidad autónoma.
La anticoncepción forzada de mujeres y niñas indígenas formó parte de siglos de políticas danesas que deshumanizaron a los groenlandeses y a sus familias.
Estas políticas incluyeron la separación de niños inuit de sus padres para entregarlos a familias de acogida danesas para su reeducación, así como controvertidas pruebas de competencia parental que resultaron en la separación forzada de familias groenlandesas. Los investigadores recibieron informes de 354 mujeres groenlandesas de entre 48 y 89 años cuando hablaron con las autoridades para la investigación independiente, que comenzó el 1 de junio de 2023 tras la indignación de los medios.
Casi todas las víctimas tenían entre 12 y 37 años en ese momento. Una niña era menor de 12 años, pero su edad exacta no se hizo pública en el informe del martes por cuestiones de anonimato. La gran mayoría de los procedimientos se llevaron a cabo en Groenlandia.









