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Ambas personalidades están considerando desde una ceremonia en Tennessee hasta una celebración de ensueño en una isla privada del Caribe.

Taylor Swift y Travis Kelce, quienes están comprometidos desde agosto, están replanteando por completo sus planes de boda, y todo indica que la pareja ya no se conforma con una sola celebración ni con un lugar pequeño.

La información que dio a conocer el medio estadounidense Page Six, señala que los recién comprometidos comenzaron revisando su lista de invitados y se dieron cuenta de que ambos tienen demasiados amigos, entre los entrañables compañeros de infancia de Kelce en Cleveland, sus amistades en la NFL y el enorme círculo de artistas que rodea a Swift; la boda soñada pronto empezó a crecer más de lo previsto.

La pareja imaginaba una ceremonia pequeña el próximo verano en Rhode Island, la icónica mansión costera de la cantante; sin embargo, y aunque la idea sigue sobre la mesa, fuentes aseguran que ya no se ve como la opción más realista.

Aún no está descartado Rhode Island del todo; de hecho, se dice que el elegante Ocean House Hotel en Watch Hill, a un costado de la propiedad de Swift, podría jugar un papel en los festejos, pero la realidad es que, con la creciente lista de invitados, la famosa pareja está visualizando un escenario mucho más amplio.

Uno de los lugares que suena con más fuerza es Blackberry Farm, en Tennessee, un resort de lujo ubicado en una finca de más de 1,600 hectáreas al pie de las Grandes Montañas Humeantes. El sitio, famoso por su ambiente rústico y sofisticado, ha sido escenario de bodas que han aparecido en Vogue, Brides y Martha Stewart Weddings.

Señalar que Taylor tiene una casa en Nashville, por lo que casarse en su estado adoptivo también tiene un toque especial.

La pareja también está coqueteando con la idea de un romance internacional; según las fuentes, existe un fuerte interés en celebrar una celebración adicional, o incluso la principal, en una isla privada.

Entre las opciones más comentadas está Necker Island, en las Islas Vírgenes Británicas, propiedad del magnate Richard Branson, y es que los nietos de Branson son fans de Taylor, sin embargo, pese a su exclusividad, el tamaño de la isla podría ser un inconveniente si la lista de invitados sigue creciendo.

Por ello, también se barajan otras islas privadas en el Caribe, capaces de albergar un evento más grande, glamuroso y completamente aislado del mundo exterior.

Los representantes de Taylor y Travis no han emitido declaraciones, pero los rumores siguen creciendo.

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