“Nos preocupa también que el hecho que El Salvador reciba presos de otros países, ya sea porque han cometido grandes crímenes o sean migrantes indocumentados.”
El arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, pidió al gobierno del presidente Nayib Bukele que no convierta el país en una gran cárcel internacional, en alusión a los vuelos que ha recibido la nación centroamericana desde mediados de marzo con migrantes venezolanos y salvadoreños deportados por Estados Unidos tras ser señalados como presuntos miembros de pandillas.
Todos han sido enviados al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la mega cárcel construida por el gobierno de Bukele y cuestionada por organizaciones de derechos humanos.
“Nos preocupa también que el hecho que El Salvador reciba presos de otros países, ya sea porque han cometido grandes crímenes o sean migrantes indocumentados. Les pedimos a nuestras autoridades que no permitan que se convierta nuestro país en una gran cárcel internacional”, señaló el prelado católico en conferencia de prensa después de presidir la misa del Domingo de Pascua en la catedral metropolitana de San Salvador.
El arzobispo dijo desconocer los motivos del gobierno para permitir que migrantes, entre ellos presuntos criminales, sean trasladados a la cárcel salvadoreña, “posiblemente queriendo un mejor trato para los migrantes nuestros que están allá (en Estados Unidos), posiblemente, no sé las causas, pero el hecho es que no conviene”, manifestó.
Tras un acuerdo con el gobierno de Bukele, desde el 15 de marzo, Estados Unidos ha hecho tres envíos de presuntos criminales de la pandilla Tren de Aragua y migrantes venezolanos, así como salvadoreños señalados de pertenecer a la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13). Los deportados ya suman 288, entre venezolanos y salvadoreños.
El acuerdo para deportar venezolanos a El Salvador se alcanzó durante una reunión del secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, y el presidente Bukele, en febrero. El mandatario ofreció recibir a los migrantes que el gobierno de Donald Trump quisiera deportar, independientemente de su nacionalidad. También pidió que deportaran a los cabecillas y sicarios de la Mara Salvatrucha encarcelados en esa nación.
Rubio y Bukele discutieron los detalles de la transferencia, que incluye un costo de aproximadamente 20.000 dólares para albergar a cada prisionero durante el año.