El Reino Unido acordó ceder a Mauricio el archipiélago del océano Índico, que alberga una base naval y de bombarderos de importancia estratégica en la mayor de las islas, Diego García. El Reino Unido arrendaría posteriormente la base durante al menos 99 años.

La administración del presidente estadounidense Donald Trump, consultada, dio su aprobación, pero la finalización del acuerdo se retrasó debido a negociaciones de última hora sobre los costes. El acuerdo debía firmarse en una ceremonia virtual.

Sin embargo, un juez del Tribunal Superior dictó una orden judicial en la madrugada del jueves, suspendiendo el acuerdo. Esto se produjo en respuesta a una demanda presentada por dos mujeres que representan a los residentes originales de las islas.

“El demandado mantendrá la jurisdicción del Reino Unido sobre el Territorio Británico del Océano Índico hasta nueva orden”, declaró el juez Julian Goose.

Gran Bretaña separó las islas de Mauricio, antigua colonia británica, en 1965, tres años antes de que Mauricio obtuviera su independencia, y denominó al archipiélago de Chagos Territorio Británico del Océano Índico.

En las décadas de 1960 y 1970, Gran Bretaña desalojó a hasta 2000 personas de las islas para que el ejército estadounidense pudiera construir la base de Diego García. Muchos se mudaron a Gran Bretaña.

Según el borrador del acuerdo, se crearía un fondo de reasentamiento para ayudar a los isleños desplazados a regresar a las islas, excepto a Diego García. Los detalles de dichas medidas aún no están claros.

Mauricio ha impugnado durante mucho tiempo la reclamación británica sobre el archipiélago y, en los últimos años, las Naciones Unidas y su máximo tribunal han instado a Gran Bretaña a devolver las Chagos a Mauricio.

Gran Bretaña acordó hacerlo en un borrador de acuerdo en octubre, pero el acuerdo se retrasó por un cambio de gobierno en Mauricio y por disputas sobre cuánto debería pagar el Reino Unido para arrendar la base.