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El efecto Lozano podría ser el catalizador que acelere la transformación de la MLS en una de las ligas más importantes del mundo en la próxima década.

La Major League Soccer (MLS) acaba de dar un golpe sobre la mesa fichando al mexicano Hirving «Chucky» Lozano, una estrella en plenitud.

El San Diego FC, una franquicia de expansión que ni siquiera ha debutado en la MLS, y ha sacudido el mercado de fichajes norteamericano al anunciar la contratación de Hirving «Chucky» Lozano. El acuerdo, que se hará efectivo en enero de 2025, implicando un traspaso desde el PSV Eindhoven por una cifra reportada de 12 millones de euros.

Con este fichaje, se han acallado muchas declaraciones de que la MLS era una liga de retiro, es decir que solo llegaban figuras que estaban a punto de retirarse de las canchas.

Con 29 años, Lozano no es un veterano buscando un último gran contrato antes del retiro. Es una de las máximas figuras de la Selección Mexicana, un jugador en su plenitud física y futbolística, con una exitosa carrera en Europa que incluye etapas en el PSV y el Napoli, donde fue campeón de la Serie A.

Y el hecho de que un jugador de su calibre, en su mejor momento elija unirse a un equipo de expansión de la MLS en lugar de continuar su carrera en las ligas de élite europeas representa un cambio de paradigma fundamental para la liga norteamericana.

Y es que ser señalada la MLS durante mucho tiempo como una liga de retiro, un destino atractivo para leyendas como David Beckham, Thierry Henry o Zlatan Ibrahimović en los últimos años de sus ilustres carreras; y a pesar de que estos fichajes aportaron visibilidad, también reforzaron la idea de que la MLS no era una competición de primer nivel.

Con el fichaje de Lozano se pudo romper ese estigma. Lozano se une a una tendencia creciente de jugadores en su prime que ven a la MLS como un destino deportivo y financiero atractivo.

Lozano llega como Jugador Designado, con un contrato de cuatro años y un salario que, según informes, lo colocará entre los mejores pagados de la liga, solo por detrás de figuras como Lionel Messi y Lorenzo Insigne.

Esta es una jugada estratégica deliberada por parte de la MLS, porque ya no se conforman con ser una opción secundaria; ahora buscan competir activamente con ligas europeas y mexicanas por el mejor talento latinoamericano en su apogeo.

La llegada de Lozano no solo atraerá a la masiva afición mexicana en Estados Unidos, especialmente en el sur de California, sino que envía un mensaje al resto del mundo: la MLS es un proyecto serio y con un poder económico y deportivo en plena expansión.

El fichaje de Hirving «Chucky» Lozano por el San Diego FC es mucho más que la contratación más cara de un nuevo equipo en la MLS. Es un punto de inflexión. Es la prueba tangible de que la liga ha evolucionado de ser un destino de retiro a una potencia emergente en el mercado global.

Al atraer a una superestrella mexicana en la cima de su carrera, la MLS no solo se asegura un imán de taquilla y audiencias, sino que lanza una declaración de guerra a las ligas europeas de segundo nivel y a la propia Liga MX.

El efecto Lozano podría ser el catalizador que acelere la transformación de la MLS en una de las ligas más importantes del mundo en la próxima década.

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