La undécima etapa de la Vuelta a España se interrumpió y finalizó sin ganador debido a disturbios de manifestantes pro-palestinos cerca de la meta en Bilbao, País Vasco.

Los manifestantes parecían tener como objetivo a los ciclistas del equipo israelí Premier Tech. Algunos intentaron invadir la carretera cuando los ciclistas del equipo israelí cruzaron frente a ellos, lo que provocó que los organizadores y el personal de seguridad se apresuraran a intentar contenerlos tras las vallas de seguridad.

Se llamó a la policía para contener a los manifestantes, muchos de los cuales portaban banderas palestinas y carteles pro-palestinos.

Los comisarios de la carrera anunciaron la llegada de los equipos cuando a los ciclistas les quedaban unos 10 kilómetros de la etapa de 157,4 kilómetros que también comenzaba en Bilbao.

“Debido a algunos incidentes en la meta, hemos decidido tomar el tiempo 3 kilómetros antes de la meta. No tendremos un ganador de etapa. Entregaremos los puntos para la clasificación de la montaña y el sprint intermedio, pero no en la meta”, dijeron.

La salida de la etapa también fue interrumpida por manifestantes que obligaron a los oficiales de la carrera a detener el pelotón durante unos minutos.

La policía parecía tener a la multitud bajo control al llegar a la meta, formando una fila para evitar que los manifestantes saltaran las vallas de seguridad, pero los oficiales decidieron que era más seguro evitar que los ciclistas llegaran a ese punto.

En el Tour de Francia de julio, un hombre que protestaba por la participación de Israel Premier Tech corrió hacia la pista mientras los líderes corrían hacia la meta. Un guardia de seguridad salió corriendo y lo detuvo. El equipo había enfrentado protestas anteriormente debido a su asociación con Israel, que ha matado a 63.633 palestinos desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás, según el Ministerio de Salud de Gaza. La guerra se desató tras el ataque liderado por Hamás en el sur de Israel, que mató a unas 1200 personas el 7 de octubre de 2023.

El director técnico de la carrera, Kiko García, declaró a la emisora ​​de radio SER que los equipos agradecieron a los organizadores la decisión de acortar la carrera para preservar la seguridad de los ciclistas.

Añadió que existía el riesgo de más protestas si el equipo israelí seguía en la carrera.

El líder de la Vuelta a España, Jonas Vingegaard, del equipo Visma-Lease a Bike, se mostró decepcionado por no poder terminar la etapa.

“Es una lástima, nos hubiera encantado ganar la etapa”, declaró, añadiendo que esperaba con ilusión un buen resultado de su equipo el día del cumpleaños de su hijo.

Tom Pidcock, ciclista británico del equipo Q36.5 Pro Cycling, había estado en cabeza durante los tramos finales de la etapa. Pidcock siguió adelante hasta la meta a pesar de la decisión de acortar la etapa.