En el primero de los dos conciertos hubo invitados como Carolina Ross, Almicar, Lengualerta, María Barracuda, Peewee, Sabino y Alemán, entre otros.
Ya han pasado tres décadas desde que la banda mexicana Panteón Rococó ha llevado en lo alto la bandera del ska, con rolas que han hecho crónicas de la CDMX, del amor, del desamor, de la calle y de lo más profundo del barrio.
Pero ahora su historia pronto estará en cines en Resiliencia, el documental, tal y como lo anunciaron en el primero de los dos conciertos que ofrecieron en el Estadio GNP Seguros, donde celebraron 30 años de trayectoria con su Sonoro Rococó.
Las 65 mil almas reunidas esperaban ver a Dr. Shenka, Luis Román Ibarra, su vocalista, con la misma energía de siempre, luego de que en junio pasado sufrió un preinfarto y fue hospitalizado de emergencia en San Juan del Río, Querétaro, para reaparecer públicamente en redes sociales y anunciar las nuevas fechas de la banda en 2026.
Al encenderse las pantallas frontales del escenario, la gente lo buscó y, tras el breve anuncio audiovisual de su documental, se escuchó su voz: “¡Buenas nocheeeeees!”.
Todos se olvidaron del tráfico infernal de afuera y atendieron con alaridos a su saludo, entre imágenes de calaveras rojas, fuego e imágenes de soldados, mientras sonaba Asesinos, Estrella roja y Ciudad de la esperanza.
Verde, rosa mexicano, amarillo, rojo. Sus integrantes se iluminaron de colores en las pantallas y al ritmo de las trompetas sonó Dime.
La confusión vino con la propuesta en las pantallas que no dejaron ver nítidamente, ni siempre, a la banda ni a los primeros invitados de la noche, Almicar y Lengualerta en Triste realidad.
Dr. Shenka agradeció a la banda, abajo y arriba del escenario, aunque muchos no lo pudieron ver, porque las pantallas estaban con otras proyecciones.
Dr. Shenka volvió a agradecer 30 años de disfrute y de los ahí presentes “adornado este bello lugar”. Panteón Rococó estaba presente y sus seguidores sin prisa por irse. Y los presentan ahora; esperaban invitados como María Barracuda, Sabino, Alemán y sus clásicos como La dosis perfecta y La carencia.









