-Han Hak-ja es acusada de sobornar a la ex primera dama de Corea del Sur con costosos regalos.
El juicio contra Han Hak-ja, líder de la Iglesia de la Unificación, acusada de sobornos y otros delitos vinculados con la ex primera dama de Corea del Sur, Kim Keon-hee, y el partido del mandatario destituido Yoon Suk-yeol, comenzó en Seúl, en un revés para la poderosa organización religiosa, conocida por sus lazos con figuras de alto nivel en distintos países.
Han, de 82 años, fue arrestada en septiembre por presuntamente entregar unos 100 millones de wones (59.000 euros) a un legislador del partido de Yoon en 2022.
También se la acusa de financiar la compra de un collar de lujo y bolsos de Chanel que fueron entregados a Kim.
La líder de la iglesia, oficialmente llamada Federación de Familias para la Paz y la Unificación del Mundo, negó los cargos en agosto.
Se prevé que en la sesión de hoy, en el Tribunal del Distrito Central de Seúl, sea interrogado Yun Yeong-ho, ex jefe de la sede global de la iglesia, a quien se acusa de conspirar con Han.
El juicio se produce en un momento en que Yoon y Kim se encuentran detenidos de manera preventiva por múltiples acusaciones. El exmandatario, que gobernó Corea del Sur de mayo de 2022 a abril de 2025, está recluido principalmente por su papel en el intento fallido de imponer la ley marcial el pasado diciembre, mientras que la ex primera dama afronta varios cargos por corrupción.
El reverendo Sun Myung Moon fundó la Iglesia de la Unificación en 1954 tras ser rechazado por las principales iglesias protestantes.
Moon afirmaba ser la Segunda Venida de Jesucristo, mientras que la iglesia tiene una cultura rígida y jerárquica, y sus seguidores a veces son llamados despectivamente “Moonies”.
Han, quien tiene 14 hijos con Moon, es referida por sus seguidores como la hija unigénita de Dios y la madre santa. Ella tomó el liderazgo de la iglesia tras el fallecimiento de su esposo en 2012.
La iglesia alcanzó prominencia mundial en las décadas de 1970 y 1980, siendo conocida por sus bodas multitudinarias, a menudo celebradas en estadios y por su red global de empresas, medios y organizaciones de cabildeo político.
El movimiento ha ejercido especial influencia en Japón, donde sus prácticas de captación y donaciones forzosas generaron una fuerte controversia que culminó este año con la revocación de su estatus de organización religiosa.









