Con esta nueva disposición se busca frenar el uso infantil y reducir la basura nociva.
Entró en vigor en todo el Reino Unido la prohibición de los vapeadores desechables, con el objetivo del gobierno británico de frenar su uso infantil, reducir la basura generada y prevenir la fuga de sustancias químicas nocivas al medio ambiente.
La prohibición prohíbe a cualquier minorista, ya sea online o en tiendas físicas, vender vapeadores, contengan o no nicotina. Sin embargo, podrán seguir vendiendo vapeadores reutilizables.
Esta medida se produce tras el aumento del uso de vapeadores desechables en las escuelas y la creciente cantidad de basura generada por los usuarios al desecharlos. Se estima que cada semana se tiran a la basura hasta 5 millones de vapeadores desechables en el Reino Unido, en lugar de reciclarse.
Varios países buscan regular el mercado del vapeo, que ha crecido exponencialmente durante la última década. Australia prohibió la venta de vapeadores fuera de las farmacias el año pasado, una de las restricciones más estrictas del mundo para los cigarrillos electrónicos, mientras que Bélgica se convirtió en el primer país europeo en prohibir el uso de vapeadores desechables a principios de este año. California ha estado a la vanguardia de la implementación de nuevas regulaciones en EE. UU.
El Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido afirmó que el consumo entre los jóvenes seguía siendo demasiado alto y que la prohibición pondría fin a su alarmante aumento en los patios de las escuelas y a la avalancha de basura que inunda las calles del país.
También conocidos como vapeadores de un solo uso, los vapeadores desechables no son recargables ni recargables, y suelen desecharse con la basura general o simplemente tirados a la calle. Incluso cuando se reciclan, deben desmontarse a mano, y sus baterías representan un riesgo de incendio para las instalaciones de reciclaje y pueden filtrar sustancias químicas nocivas al medio ambiente, lo que podría perjudicar la vida silvestre.
Se dio a las empresas seis meses para prepararse para el cambio vendiendo cualquier stock existente. Los comerciantes deshonestos que continúen vendiéndolos se arriesgan a una multa de 200 (260 dólares) en primera instancia, seguida de una multa ilimitada o pena de prisión en caso de reincidencia.
La Asociación de la Industria del Vapeo del Reino Unido afirmó que sus miembros actuaron con rapidez para cumplir con la fecha límite del 1 de junio, pero advirtió sobre las “graves consecuencias imprevistas” derivadas de una regulación excesiva.
“Nos preocupa que esta prohibición anime a los exfumadores que ya han dejado de fumar cigarrillos, que matan a 220 personas cada día en el Reino Unido, a volver al tabaco combustible o a optar por vapeadores no regulados”, declaró su director general, John Dunne.
Por otra parte, el gobierno británico está legislando para restringir potencialmente el empaquetado, la comercialización y los sabores de los cigarrillos electrónicos.