En Canadá la industria del aluminio y del acero rechazó la decisión de Estados Unidos de imponer un arancel del 50% sobre las importaciones de aluminio canadiense, una medida que intensifica las tensiones comerciales entre ambos países y hace inviable la venta de aluminio y acero canadienses a Estados Unidos. Parece ser que las negociaciones de Mark Carney en Washington no fueron suficientes para evitar la decisión de Donald Trump.

Carney afirmó que esos aranceles son ilegales en el marco del T-MEC y que está analizando la imposición de medidas de represalia, lo que derivará en un daño a las economías de ambos países.

La decisión de Trump de imponer aranceles han tenido un gran impacto, que se suma a los más de 45 mil empleos que se han perdido.

Productores de aluminio claves como Alcoa, Alouette y Rio Tinto, han argumentado que estos gravámenes no solo afectan a los productores canadienses, también a los consumidores y fabricantes estadunidenses que dependen del aluminio canadiense de alta calidad.

El presidente de la Asociación del Aluminio de Canadá, Jean Simard señaló que esta medida incrementará los costos para los fabricantes norteamericanos y, en última instancia, para los consumidores.

La industria del aluminio y acero genera más de 9500 empleos de manera directa en Canadá, de manera principal en Quebec, además de contribuir con más de 5500 millomnes de dólares en entregas anuales. Han señalado que cada año, Canadá exporta 2.7 millones de toneladas de aluminio a Estados Unidos.

La imposición de aranceles, según la asociación, pone en riesgo esta cadena de valor y podría debilitar la integración económica entre ambos países, especialmente en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La industria del aluminio, tanto en Canadá como en Estados Unidos, espera que las negociaciones eviten una guerra comercial que podría tener consecuencias económicas significativas en ambos lados de la frontera.

Quienes también manifestaron su preocupación fue la Asociación Canadiense de Productores de Acero debido a que el arancel del 50% es devastador para la industria siderúrgica canadiense y de Estados Unidos al considerar que el mercado estadunidense está prácticamente cerrado al acero canadiense.

Catherine Cobden, directora ejecutiva de la asociación, advirtió que de mantenerse esta política de Trump el sector tendrá que dejar de producir porque no tendrá la capacidad financiera.