Según el calendario de Corea del Norte, sus dos primeros destructores se desplegarán el próximo año.
Corea del Norte afirmó haber reparado su segundo destructor naval dañado y haberlo botado al agua en presencia del líder Kim Jong-un, unas tres semanas después de que zozobrara durante una ceremonia de botadura fallida. En una suntuosa ceremonia, Kim Jong-un subió a bordo del buque de guerra y declaró a las tropas que nada puede impedir el esfuerzo de su país por reforzar su poder de combate naval ante las hostilidades lideradas por Estados Unidos, informó la Agencia Central de Noticias de Corea.
El alto nivel de secretismo del país hace prácticamente imposible confirmar de forma independiente el anuncio sobre la reparación del buque. Observadores externos dudan del funcionamiento normal del motor, los sistemas de armas y otros equipos electrónicos del buque, ya que partes del buque permanecieron sumergidas durante unas dos semanas.
El fallido lanzamiento norcoreano del 21 de mayo provocó la furia de Kim Jong-un, quien prometió construir una armada más fuerte para hacer frente a lo que él llama la creciente amenaza liderada por Estados Unidos contra su país.
Kim Jong-un afirmó que el incidente fue causado por negligencia criminal y ordenó a los funcionarios reparar el buque de guerra antes de una reunión del Partido de los Trabajadores, partido gobernante, a finales de junio. Posteriormente, las autoridades norcoreanas detuvieron a cuatro funcionarios, incluido el subdirector del departamento de industria de municiones del Partido de los Trabajadores, por el lanzamiento fallido.

En su discurso Kim Jong-un afirmó que los dos destructores del país desempeñarán un papel fundamental en la mejora de las capacidades operativas de la armada, según KCNA.
Kim Jong-un reiteró sus afirmaciones previas de que su aumento de capacidad naval es una respuesta justificada a las amenazas percibidas por Estados Unidos y Corea del Sur, que en los últimos años han ampliado sus ejercicios militares conjuntos y actualizado sus estrategias de disuasión para contrarrestar el avance del programa nuclear de Kim Jong-un.
Aseguró que Corea del Norte responderá a tales amenazas externas con una acción militar abrumadora. “No pasará mucho tiempo antes de que las propias naciones enemigas experimenten lo provocador y desagradable que es quedarse de brazos cruzados observando cómo nuestros buques de guerra navegan libremente cerca de los límites de sus aguas soberanas”, declaró Kim Jong-un.
Expertos externos afirmaron previamente que aún no estaba claro la gravedad de los daños sufridos por el destructor de 5.000 toneladas y cuestionaron la afirmación de Corea del Norte de que necesitó 10 días para bombear el agua de mar, enderezar el buque y reparar los daños, que describió como no graves.
Según el calendario de Corea del Norte, sus dos primeros destructores se desplegarán el próximo año.