Newman, teólogo y poeta, es admirado tanto por católicos como por anglicanos por seguir su conciencia a un alto precio.
El Papa León XIV decidió declarar a San John Henry Newman “doctor” de la Iglesia, otorgando uno de los más altos honores de la Iglesia Católica a este influyente anglicano converso del siglo XIX, quien sigue siendo una figura unificadora entre conservadores y progresistas.
El Vaticano informó que León confirmó la opinión de la oficina vaticana de santificación durante una audiencia el jueves con su prefecto, el cardenal Marcello Semeraro, y que pronto oficializará la decisión.
La designación es una de las decisiones más significativas del joven papado de León y también tiene un profundo significado personal.
Newman estuvo fuertemente influenciado por San Agustín de Hipona, inspiración de la orden religiosa agustiniana del Papa, y el papa León XIII, que le dio nombre, lo nombró cardenal católico en 1879 tras su conversión.
Newman, teólogo y poeta, es admirado tanto por católicos como por anglicanos por seguir su conciencia a un alto precio. Cuando desertó de la Iglesia de Inglaterra para unirse a la Iglesia Católica en 1845, perdió amigos, trabajo e incluso lazos familiares, creyendo que la verdad que buscaba solo podía encontrarse en la fe católica.
El título de doctor está reservado para personas cuyos escritos han sido de gran utilidad para la Iglesia Católica universal. Solo tres docenas de personas han recibido este título a lo largo de los 2000 años de historia de la Iglesia, entre ellas San Agustín del siglo V, San Francisco de Sales y Santa Teresa de Ávila.
Los expertos en Newman afirmaron que la decisión de incorporar al teólogo británico a sus filas fue profundamente significativa, dada su contribución a la comprensión cristiana de la conciencia, la verdad y la educación, y su atractivo casi universal tanto para progresistas como para conservadores.
Jack Valero, portavoz de las ceremonias de beatificación de Newman en 2010 y canonización en 2019, afirmó que nunca se había encontrado con nadie que tuviera problemas con él. Si en aquel entonces Newman era la figura unificadora perfecta para una iglesia polarizada, lo es aún más ahora, para un nuevo papa que ha hecho de la unidad una prioridad fundamental de su pontificado, afirmó Valero.
El primer papa estadounidense prometió durante su misa de investidura del 18 de mayo que trabajaría por la unidad para que la iglesia se convirtiera en una fuerza de paz en un mundo convulso. Fue un mensaje de pacificación después de que el pontificado, a veces turbulento, del papa Francisco exacerbara las divisiones en la iglesia.