A mitad de semana se presentó un terrible suceso en Minneapolis agresor de 23 años, vestido de negro, disparó a través de las ventanas contra unos estudiantes estaban sentados en los bancos y otros que entraban en la iglesia, tras estos actos, el tirador se suicidó, según las autoridades. De manera lamentable dos estudiantes, de 8 y 10 años, fueron declarados muertos en el lugar.

El jefe de la policía de Mineápolis, Brian O”Hara, señaló que este acto fue un acto deliberado de violencia contra niños inocentes y otras personas que estaban celebrando el culto. La crueldad y cobardía de disparar contra una iglesia llena de niños es absolutamente incomprensible.

Los niños se encontraban celebrando la primera semana del año escolar cuando les dispararon en la iglesia de la Anunciación.

El alcalde de Mineápolis, Jacob Frey, precisó que el incidente no debería usarse como excusa para perseguir a otras personas transgénero. “Cualquiera que esté utilizando esto como una oportunidad para demonizar a nuestra comunidad trans ha perdido su sentido común de humanidad”, dijo en una conferencia de prensa.

Este tiroteo fue uno de los primeros indicios de que la epidemia de violencia armada en las escuelas de Estados Unidos en los últimos años no ha remitido.

Además muestra la dificultad que enfrentan las autoridades para detener este tipo de ataques, a pesar de que a lo largo de los años se han desarrollado nuevas tecnologías, técnicas de detección y protocolos policiales para evitar que se repitan.

El tiroteo en la escuela católica Anunciación, una institución primaria privada con unos 395 alumnos, fue el incidente número 146 de este tipo en el país desde enero, según la base de datos de tiroteos en escuelas K-12.

La constante sucesión de tiroteos ha dado lugar a nuevas medidas de seguridad y ha alimentado los actuales debates sobre la legislación en materia de armas.

Según las autoridades, el autor efectuó decenas de disparos con un rifle, una escopeta y una pistola, todos adquiridos legalmente. Dijeron que habían recuperado otras armas de fuego en otras residencias relacionadas con Westman.

El director del FBI, Kash Patel, anunció que el caso estaba siendo investigado como un acto de terrorismo doméstico y un delito de odio contra los católicos. Las fuerzas del orden dijeron que estaban examinando un manifiesto publicado en internet por Westman, que ya ha sido retirado.