Remarcó que México debe llegar a la mesa de revisión del T-MEC con el menor grado de dificultad que se pueda con Estados Unidos.
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, admitió que México debe atender de inmediato las preocupaciones de Estados Unidos en la relación bilateral antes de arrancar la revisión del T-MEC programada para enero de 2026.
Señaló que lo que se tiene que hacer es llegar al inicio de la revisión del tratado, lo que debe ocurrir en los primeros días de enero, y con el menor número de diferencias que podamos.

“O dicho de otro modo, con el menor grado de dificultad que esté en nuestras manos”, afirmó.
Recordó que el proceso de revisión concluirá el 1 de julio de 2026, pero que el Gobierno mexicano debe anticiparse a las tensiones comerciales con Washington.

Señaló que en el caso de Estados Unidos, la reciente visita del secretario de Estado, Marco Rubio, a Palacio Nacional, enfatizó la importancia de resolver las barreras comerciales y no comerciales.
Ebrard mencionó los aranceles al acero, aluminio y cobre, así como las diferencias en las reglas de origen de la industria automotriz, como uno de los puntos calientes entre México y Estados Unidos.

Destacó que, pese a las tensiones, el 84.4% de las exportaciones de México y Canadá hacia Estados Unidos ingresan sin pagar aranceles.
No obstante, el secretario de Economía advirtió que el nuevo sistema comercial global se está alejando del libre comercio y avanzando hacia un modelo de costos diferenciados según el origen de la producción.

De cara a la relocalización de cadenas de suministro impulsada por Estados Unidos, Ebrard sostuvo que México se encuentra en posición privilegiada para captar inversiones estratégicas.
Recordó que México aplicará aranceles a países sin tratado comercial. De acuerdo al Paquete Económico 2026, la Secretaría de Hacienda propuso el endurecimiento de aranceles con los que no hay Tratados de Libre Comercio (TLC).

Esta decisión puede resultar en una recaudación de 255 mil millones de pesos vía el Impuesto General de Importación (IGI), también puede ser interpretada como una medida para ganar el favor de la administración de Donald Trump.
Uno de los países que serían afectados por este eventual aumento de aranceles sería China, nación con la que México no tiene un acuerdo de libre comercio.









