Durante la extracción del aparato ortopédico, el cráneo de Megan se desprendió de su columna vertebral.
Megan King tenía 16 cuando se cayó mientras saltaba hacia una pelota durante una clase de gimnasia, sin embargo las secuelas se presentaron años después.
Un accidente ocurrido durante una práctica de gimnasia durante la adolescencia derivó en graves y extrañas secuelas a una mujer que ahora tiene 35 años, y que podrían haber terminado de la peor forma, sin embargo, un equipo de médicos logró una hazaña dentro del quirófano.
Megan King, originaria de Illinois en Estados Unidos, tenía 16 cuando se cayó mientras saltaba hacia una pelota durante un partido de futbol en la clase de gimnasia, lo que le provocó lesionándose el tobillo derecho y la columna vertebral y desgarrándose el músculo de ambos omóplatos.
De acuerdo con esta historia, la mujer, que ahora tiene 35 años, fue sometida a 22 cirugías, si embargo, poco a poco su condición empeoró hasta que se le diagnosticó el síndrome de Ehlers Danlos hipermóvil (hEDS), un trastorno genético del tejido conectivo que altera la producción de colágeno del cuerpo, lo que provoca inestabilidad en las articulaciones.

Las lesiones no cesaban, y tan solo un año después del diagnóstico, el cuello de King se dislocó, lo que la obligó a usar un corsé de halo restrictivo con tornillos colocados directamente en el cráneo para evitar que se moviera.
Sin embargo las cosas empeoraron drásticamente cuando, durante la extracción del aparato ortopédico, el cráneo de Megan se desprendió de su columna vertebral, lo que le provocó una extraña “decapitación interna” casi mortal, conocida como dislocación atlantooccipital.
Megan fue operada de emergencia y así los médicos lograron fusionar el cráneo a la columna vertebral y logró sobrevivir a la terrible decapitación, que, de acuerdo con estadísticas, tiene una tasa de mortalidad del 90% debido a la probabilidad de que las señales nerviosas entre el cerebro y el cuerpo se dañen, lo que provoca parálisis en órganos vitales como los pulmones y el corazón.
Hasta el momento, la mujer lleva un total de 37 cirugías desde su accidente, dejando su cuerpo fusionado desde el cráneo hasta la pelvis y su cabeza incapaz de moverse en ninguna dirección.
Las decapitaciones internas son tres veces más frecuentes en niños que sufren accidentes traumáticos porque sus huesos no están completamente desarrollados, según un estudio de 2015. Estas lesiones son extremadamente raras y representan menos del 1% de todas las contusiones cervicales.