Uno de cada tres niños padece retraso del crecimiento.
Afganistán está experimentando el mayor aumento histórico de desnutrición infantil, según informó el Programa Mundial de Alimentos (PMA), añadiendo que necesita 539 millones de dólares para ayudar a las familias más vulnerables del país.
Casi 10 millones de personas, una cuarta parte de la población de Afganistán, se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda. Uno de cada tres niños padece retraso del crecimiento.
El PMA indicó que el aumento de la desnutrición infantil se relaciona con una disminución de la asistencia alimentaria de emergencia en los últimos dos años debido a la disminución del apoyo de los donantes. En abril, el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump suspendió la ayuda alimentaria a Afganistán, uno de los países más pobres del mundo.
Estados Unidos había sido el mayor financiador del PMA, aportando 4.500 millones de dólares de los 9.800 millones en donaciones del año pasado. Gobiernos anteriores de Estados Unidos consideraban que dicha ayuda servía a la seguridad nacional al aliviar los conflictos, la pobreza, el extremismo y frenar la migración.
La inseguridad alimentaria en Afganistán se ve agravada por los retornos masivos de países vecinos, que están deportando a extranjeros que, según afirman, viven allí ilegalmente.
El PMA afirmó haber apoyado a 60.000 afganos que regresaron de Irán en los últimos dos meses, una fracción de los que cruzan la frontera. El cambio climático también está perjudicando a la población, especialmente a la de las zonas rurales.
Matiullah Khalis, director de la Agencia Nacional de Protección Ambiental, declaró la semana pasada que la sequía, la escasez de agua, la disminución de las tierras cultivables y las inundaciones repentinas estaban teniendo un profundo impacto en la vida de las personas y la economía.









