Nadie se ha atribuido la responsabilidad del ataque ocurrido la madrugada del domingo
Ocho personas, incluyendo un misionero irlandés y un niño de 3 años, siguen desaparecidas después de que hombres armados irrumpieran en un orfanato en Haití, el último ataque en una zona controlada por un poderoso grupo de bandas armadas.
Las autoridades se apresuraron a reubicar a decenas de niños y personal del orfanato Saint-Hélène, administrado por Nos Petits Frères et Sœurs, una organización benéfica internacional con oficinas en México y Francia. El orfanato atiende a más de 240 niños, según su sitio web.
Hasta el momento, nadie se ha atribuido la responsabilidad del ataque ocurrido la madrugada del domingo. La zona está controlada por una federación de bandas conocida como “Viv Ansanm”, que Estados Unidos designó este año como organización terrorista extranjera.
El secuestro tuvo lugar en Kenscoff, una comunidad que antes era pacífica en el área metropolitana de Puerto Príncipe. Las puertas del orfanato permanecieron cerradas el lunes mientras el Instituto de Bienestar Social e Investigación de Haití trabajaba con UNICEF para identificar lugares donde los niños y empleados pudieran ser reubicados.
Las exuberantes y empinadas montañas donde se ubica el orfanato han sido atacadas por bandas fuertemente armadas desde enero. El último ataque del fin de semana obligó a los agricultores de la zona a huir.
Simon Harris, viceprimer ministro de Irlanda, declaró en un comunicado que los secuestros de Heraty y los demás eran profundamente preocupantes y exigió su liberación inmediata.
Al menos 175 personas en Haití fueron secuestradas entre abril y finales de junio de este año, y el 37 % de esos casos ocurrieron en Puerto Príncipe.
Las Naciones Unidas afirmaron que la mayoría de estos secuestros fueron atribuidos a las pandillas Grand Ravine y Village de Dieu, pertenecientes a la federación Viv Ansanm.









