Elon Musk afirmó que espera que cientos de miles de Teslas autónomos estén en circulación sin necesidad de intervención humana para finales del próximo año y que se compromete a permanecer como director ejecutivo de la compañía al menos otros cinco años.

El multimillonario también declaró en un par de entrevistas que no se arrepiente de haber dirigido el Departamento de Eficiencia Gubernamental, que redujo drásticamente el empleo, durante la administración Trump. Minimizó cualquier daño a la marca Tesla derivado de ese cargo, afirmando que la demanda de Teslas ha experimentado un repunte importante. Esto podría ser un gran avance, dado que las últimas cifras de ventas públicas de Europa y EE. UU. muestran fuertes caídas en las ventas durante varios meses consecutivos.

“Probablemente tendremos cientos de miles, si no más de un millón, de Teslas operando con conducción autónoma en EE. UU.”, declaró Musk en una entrevista con la CNBC el martes, añadiendo que los pasajeros no tendrán que prestar atención a la carretera.

Su comentario sobre seguir como CEO se produjo ese mismo día en el Foro Económico de Catar organizado por Bloomberg.

Musk lleva una década prometiendo vehículos totalmente autónomos el año que viene, pero la presión es mayor ahora que Tesla inicia una prueba de su servicio de taxis autónomos en Austin, Texas, el mes que viene.

Las acciones de Tesla cerraron con una subida de casi un 1%, hasta los 345 dólares. Tras una fuerte caída este año, las acciones han subido más del 50% en poco más de un mes, gracias a la acogida de los inversores por la decisión de Musk de reducir su tiempo en Washington y dedicarse más a la dirección de la empresa.

Musk también ofreció nuevos detalles sobre el servicio en Austin, afirmando que los taxis Tesla serán monitoreados remotamente al principio y geolocalizados en ciertas zonas de la ciudad consideradas las más seguras para circular. Declaró a la CNBC que esperaba operar inicialmente unos 10 taxis, aumentar esa cifra rápidamente y empezar a ofrecer el servicio en Los Ángeles, San Antonio, San Francisco y otras ciudades.

Los reguladores federales de seguridad pidieron recientemente a Tesla que explicara cómo sus taxis sin conductor operarán de forma segura en Austin en condiciones de niebla, sol deslumbrante, lluvia y otras condiciones de baja visibilidad que se han relacionado con accidentes relacionados con el software de asistencia al conductor de la compañía.

Sin embargo, los reguladores federales tienen competencias limitadas sobre los nuevos taxis Tesla que funcionan sin volante ni pedales de freno, ya que no existen regulaciones nacionales sobre la tecnología de conducción autónoma.

Musk también desestimó a rivales en vehículos autónomos como Waymo, un servicio de taxis sin conductor que ha superado a Tesla con 250.000 viajes pagados semanales en varias ciudades.

Tesla se ha enfrentado a una intensa presión desde que Musk colaboró ​​con Trump en el marco de DOGE, especialmente en medio de su campaña de recortes en el gobierno federal de Estados Unidos.