Tras la intensa actividad en el sol, se reforzó la vigilancia sobre su ciclo solar.
Se dio a conocer que el Sol emitió dos potentes llamaradas solares, consideradas las más intensas del año hasta la fecha. De acuerdo a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), los estallidos solares han provocado interrupciones en las comunicaciones de radio de onda corta en al menos cinco continentes, afectando principalmente a regiones de América del Norte, América del Sur, el sudeste de Asia, África y Medio Oriente.
Este evento fue documentado por el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC), que indicó que la llamarada principal alcanzó su punto máximo alrededor de las 4:25 horas (ET), momento en que se registró una erupción solar de clase X2.7, acompañada de otra llamarada de clase M5.3 horas antes.
Estos fenómenos reflejan una fase de alta actividad dentro del ciclo solar actual. Se debe recordar que las erupciones solares se clasifican por su intensidad, desde la clase A (las más débiles) hasta la clase X (las más potentes).
Con cada salto de clase representa un aumento de diez veces en la liberación de energía. A su vez, las letras se complementan con una escala numérica del 1 al 9 para describir con mayor precisión la magnitud de cada evento.
Pero las tormentas solares pueden tener efectos directos sobre sistemas tecnológicos. Entre los más comunes se encuentran las alteraciones en las señales de radio de alta frecuencia, los sistemas de navegación GPS y las redes de satélites.
Shawn Dahl, pronosticador del SWPC, explicó que la región del Medio Oriente sufrió interrupciones en la señal de alta frecuencia por aproximadamente 10 minutos durante el pico de la tormenta. Aunque no se reportaron consecuencias graves adicionales, las autoridades continúan monitoreando posibles efectos residuales.
Pero además de sus impactos en sistemas de comunicación, estas erupciones también generan efectos ópticos como la intensificación de la aurora boreal. Las partículas solares cargadas interactúan con el campo magnético terrestre y la atmósfera superior, provocando espectáculos de luces visibles en zonas inusuales, más alejadas de los polos.
De acuerdo a los informes las llamaradas de esta semana son parte del ciclo natural de actividad solar, el cual tiene una duración aproximada de 11 años.
Actualmente, el Sol atraviesa su periodo de máxima actividad conocido como “máximo solar”, una fase caracterizada por la aparición frecuente de manchas solares, eyecciones de masa coronal y llamaradas de alta intensidad.
El SWPC anticipa que esta fase continuará durante el resto del año, lo que podría dar lugar a nuevos episodios de tormentas solares. Aunque la llamarada del miércoles ha sido la más fuerte en lo que va de 2025, no supera a la de X9.0 registrada el 3 de octubre de 2024, la cual se mantiene como la más intensa del actual ciclo.
Las agencias espaciales como la NASA y la NOAA cuentan con sistemas de monitoreo permanente para detectar eventos solares en tiempo real. Estas observaciones permiten emitir alertas oportunas a las industrias más vulnerables, como las telecomunicaciones, la aviación y los operadores de redes eléctricas.
Los especialistas señalan que no hay indicios de que las recientes llamaradas causen afectaciones graves más allá de los apagones temporales en las señales de radio. Sin embargo, se mantiene la vigilancia sobre el comportamiento solar, especialmente considerando que el máximo solar aún no ha concluido.